Has escrito un capítulo. Has dejado pasar el tiempo necesario para volver a leerlo con una mirada fresca. Lo has leído varias veces. Tienes dudas. Lo vuelves a escribir. Y llega un momento en el que ya no sabes qué hacer. Te aburre volver a leerlo. Ya no ves nada. Es el momento en el que ya no puedes contestarte si tus escenas funcionan. Y te preguntas: ¿Cómo puedo mejorarlo? Hay versiones para todos los gustos y nada te ayuda de forma práctica. Las escenas bien construidas son fundamentales. Sin escenas no hay nada.
Vamos a convertirnos en detectives y someter a las escenas a un interrogatorio. Vamos a por una lista de cuestiones a verificar para saber si las escenas funcionan. Si tan solo una pregunta obtiene una respuesta negativa, hay que repasar la escena. Las esenciales son las que siguen:
es como un cuento con principio, desarrollo y final que se unirá a otro cuento;
cada escena empieza de manera diferente a la anterior;
se abre con emoción, como una red que pesca al lector enseguida;
empieza en medio de la acción determinante, no con los orígenes de todo;
el final siempre es un punto de partida para la próxima escena;
la última escena es una revelación, una explosión algo que empuja al protagonista hacia adelante;
cada escena acaba de una manera diferente a la anterior;
cada escena ofrece conflicto;
cada escena aporta algo nuevo, sobre los personajes o sobre la trama;
se perfila como una montaña, desde la base sube hasta un punto cumbre con paradas;
muestra el escenario y el ambiente desde el punto de vista del personaje;
es importante para la trama y si la quito, cambia toda la historia;
se justifica con porqués y cómos;
la acción sucede mientras vamos leyendo y nos lleva hacia adelante siempre;
está muy claro quién es el personaje importante;
ofrece diálogos comprimidos y esenciales para mostrar a los personajes;
todo tiene contexto;
los párrafos narrativos anticipan las nuevas acciones, el pensamiento interno o los diálogos;
no hay saludos, ni despedidas ni lo siento, ni agradecimientos a menos que sea absolutamente crucial
es visual, hay sensaciones, climas internos y externos;
sabemos en qué momentos estamos, de dónde venimos y hacia dónde vamos;
ofrece al menos un giro que le da significado y que muestra la evolución de los personajes;
no tiene momentos que se repiten;
siempre avanza;
no ofrece momentos en los que se explica mucho, ni en los que el autor se esfuerza por ser gracioso o misterioso o alarga lo que pasa;
nunca deja al lector confundido;
no sugiere cosas sin un propósito claro;
no abruma con demasiada información ni con asuntos triviales ni minucias;
no muestra cómo un personaje sale, entra, sube o baja a menos que sea crucial;
siempre muestra el esfuerzo del personaje hacia su meta final.
Colorín colorado... Me voy a por un helado.
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